¿Para qué sirve un acolchado? (I)
Los acolchados son una de esas soluciones mágicas que verás en todos los diseños permaculturales y cultivos o jardines ecológicos que se precien de serlo, pero ¿para qué sirven de verdad los acolchados?
Un acolchado no es más que un material que se extiende sobre el suelo, con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de nuestras plantas.
Al cubrir el suelo, conseguimos un montón de beneficios a los que quiero dedicar una serie de entradas, ya que pueden marcar la diferencia entre un cultivo productivo y otro que sea un sumidero de tiempo y dinero.
Hay muchísimos tipos de acolchados, dependiendo de la función principal que queramos que realice, o del material que utilicemos para hacerlo.
Este material puede ser inorgánico (rocas, gravas, o arena gruesa), u orgánico (estiércol, hojas, cartón, lana…)
También puede ser natural (cualquiera de los anteriores) o artificial (como polietilenos de baja densidad o polipropilenos).
Pero realmente, aquí se puede meter de todo, como ropas o alfombras viejas o papel de periódico. En el caso de los acolchados, la imaginación es el límite.
Un buen acolchado ofrece múltiples ventajas para un cultivo
El caso es que, sea lo que sea (siempre que no contenga contaminantes químicos), cumpla la función para la que lo hemos instalado.
Los acolchados naturales tienen la ventaja de, además de todos los beneficios normales de un acolchado, aportar también nutrientes al suelo, ya sean en forma de minerales (en el caso de acolchados inorgánicos), o bien en forma de Materia Orgánica, a medida que los acolchados orgánicos se van descomponiendo en la superficie del suelo (y se van reponiendo con nuevas capas de acolchado).
En el caso de los acolchados artificiales, tienen la ventaja de que es muy fácil instalarlos (también hay maquinaria especial para ello), e incluso hay algunos que son biodegradables, aunque dudo mucho de la calidad de la Materia Orgánica que puedan aportar a los suelos.
-Como ya dije en la entrada sobre cómo corregir un suelo salino, una de las labores más importantes que cumple un acolchado, es la de evitar la pérdida de agua del suelo por evaporación.
¿Y cómo ocurre ésto? Pues muy sencillo; cuando riegas, el agua penetra por gravedad en los pequeños túneles y agujeros que hay en el suelo entre los granos de arenas, limos y arcillas, y sigue fluyendo hacia abajo hasta perderse en el inframundo.
Mientras, en la superficie, el viento arrastra las moléculas de agua y seca la superficie del suelo (problema que se puede solucionar gracias a un seto vivo).
Cuando estos túneles son lo bastante pequeños, el agua puede pegarse a sus paredes por un efecto llamado «capilaridad«, y las moléculas de la superficie que son arrastradas por el viento, «tiran» de las que hay debajo, haciendo que asciendan a la superficie y sean a su vez arrastradas por el viento, por lo que el agua que debería estar nutriendo a tus plantas, se va de tu suelo para no volver.
Cómo funciona la capilaridad en los suelos
En un acolchado, esos microtúneles son lo bastante gruesos como para impedir este efecto de arrastre, por lo que, aunque el viento deshidrate la capa superficial, el agua o la humedad subyacente se mantendrá durante mucho más tiempo.
De hecho, tanto es así que es poco conveniente acolchar hasta el mismo tallo de las plantas en el caso de cultivos hortícolas anuales, o cualquier otro cultivo que haya tenido problemas de hongos, debiendo dejar siempre unos centímetros entre el acolchado y el tallo de nuestra planta.
-Otra de las ventajas de los acolchados, y para mí, de las más importantes, es la de servir de refugio y «carretera» para los pequeños depredadores del suelo.
Me estoy refiriendo a un montón de especies de insectos (como los escarabajos tigre o los estafilínidos), algunos tipos de caracoles depredadores (como la caracola degollada), o incluso pequeños mamíferos como los topos o las musarañas, que pueden corretear y hacer sus nidos y galerías bajo los acolchados, mientras persiguen a toda esa caterva de pequeños habitantes del agrosistema que pueden llegar a convertirse en serias plagas de tus cultivos, como babosas y caracoles; larvas, huevos y orugas de polillas, escarabajos de las raíces y un larguísimo etcétera.
En un buen acolchado pueden vivir gran cantidad de aliados del agricultor, como esta caracola depredadora de caracoles y babosas.
Y hablo de refugios y carreteras, porque muchas de estas pequeñas pesadillas de las plagas también son presa fácil de pájaros y otros depredadores, así que si les ofrecemos la oportunidad de estar a cubierto mientras ejercen su beneficiosa labor en nuestro agrosistema, haremos su vida muchísimo más fácil, y permitiremos que aumenten sus poblaciones, con los consabidos efectos positivos para nosotros.
Y si todavía no te he convencido, que sepas que aún hay más ventajas que pueden aportarnos los acolchados, tan importantes como las que acabamos de ver, pero esas las veremos el próximo día.
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Genial! Muchas gracias por compartir tu sabiduría, me quedo con ganas de leer la segunda parte.
Tu libro está en camino, lo pedí finalmente por Amazon.
Me perdí tu charla de Biocultura, me dijeron los de Ecohabitar que ya se había terminado 🙁
Algún día tendré tu autógrafo y el de Victor en el libro 🙂
Salud y Fertilidad!
¡Muchas gracias, Aitor! Estaré encantado de firmarte el libro y charlar un rato. Espero que sea pronto.
¡Abrazos!
Hola Luis y gracias por el post.
En el caso de instalar riego por goteo… Encima o bajo el acolchado? Que opinas?
Como siempre, hay opiniones para todo, pero yo soy de ponerlo debajo 😉
Yo lo estoy poniendo debajo pero me resulta incomodo cuando tengo que clavar cañas para entutorar (y si daño el tubo?). Si lo pones arriba estás regando la paja, desperdicio de agua. Así que, como bien dices, opiniones para todo